Page 541 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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          traducidas al español por su hijo Simón Bolívar O’Leary y publicadas
          posteriormente con el nombre de Memorias del general O’Leary.
            Aunque O’Leary poco o casi nada se dibuja a sí mismo en sus papeles,
          mienta que aun estando en las estepas llaneras bajo las órdenes del “ca-
          tire”, sucedió el motín de Achaguas en donde un grupo de oficiales del
          entorno del Páez, auspiciados por su coetáneo coronel Wilson, nombró

          a aquel general como jefe supremo y capitán general de los ejércitos
          de la república, ofreciéndole inclusive levantar un cuerpo de tropa en
          Inglaterra que él mismo mandaría, contraviniendo las disposiciones
          emanadas del Congreso de Angostura y las del propio Simón Bolívar.
          Aunque algunos historiadores afirman que Páez mostró aquiescencia
          por aquella acción, el propio jefe llanero se encargó de desmentirlo en
          sus memorias, narrando los hechos según él, menos injuriosos y más
          verídicos que los expuestos por otros autores. Cierto es que, a causa de
          este incidente, el coronel Wilson fue enviado a Angostura, puesto en

          un calabozo en Guayana la Vieja y deportado posteriormente a su país
          de origen. Este hecho y otros que tuvieron que ver con la matanza casi
          a diario de prisioneros en los llanos de Barinas , hicieron que O’Leary
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          le repugnase su estadía allí y solicitara su traslado a Angostura. En esta
          ciudad, convertida ahora en capital provisoria de la república de Vene-
          zuela, conoció a Carlos Soublette, quien lo desdice como adjunto del
          Estado Mayor de la división del general Anzoátegui. No menciona el
          insigne autor de las Memorias particularidades precisas de su primer en-
          cuentro con el Libertador, apenas se sustrae de sus escritos que luego de
          acaecida la muerte de Anzoátegui en Pamplona, de quien era su primer
          ayudante, quedó formando parte del séquito del Libertador en calidad

          de edecán, hasta los últimos días en Santa Marta.

          O’Leary. Memorias Volumen 27, tomo primero, p. VII.
          [16]_ Véase Daniel Florencio O’Leary. Memorias sueltas. Biblioteca de la Sociedad
          Bolivariana de Venezuela. Clásicos Bolivarianos 3, Caracas 1988, p. 62.
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