Page 37 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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mar las recetas y las prácticas neoliberales que, por cuatro eleccio-
nes consecutivas, fueron rechazadas por la población. Como las
ciudadanas y los ciudadanos rechazaron en las urnas el programa
neoliberal, las fuerzas conservadoras y antidemocráticas crearon
pretextos para suspender la democracia y retomar el proceso de
desmonte del Estado que había sido iniciado en los gobiernos de
Fernando Henrique Cardoso e interrumpido en los gobiernos del PT.
Ese objetivo está cada vez más explícito, ya sea en la autoritaria e in-
justa decisión de congelar los gastos públicos por 20 años, como en
las propuestas de reforma del sistema previsional o de la legislación
laboral. Todas medidas que comparten el propósito de desarmar el
sistema de protección social previsto en nuestra Constitución y for-
talecido, como en ningún periodo anterior, en los gobiernos del PT.
Este objetivo del golpe también se expresa en el esfuerzo acele-
rado de privatizar las empresas del Estado y de desregular la eco-
nomía, con efectos negativos sobre el futuro de nuestra estructura
productiva y las perspectivas de progreso de nuestra población.
Es importante recordar que, además de ese objetivo mayor, hubo
otro también fundamental para el beneficio de quienes estuvieron
involucrados en el golpe, que es la interrupción del proceso de in-
vestigación contra prácticas de corrupción en el ámbito de la llama-
da Operación Lava Jato (que investiga la trama de corrupción en la
estatal Petrobras). Denuncié, aun antes de ser apartada, que muchos
de los que querían retomar el control del Estado tenían el propósito
de impedir el avance de las investigaciones. Hubo una filtración de
una conversación en la que ese objetivo quedó explícito; en ella, un
político le decía a un investigado del caso: “Hay que frenar la sangría”.
La Constitución fue violentada y mi mandato fue ilegalmente in-
terrumpido para evitar la condena a corruptos y para imponer al
pueblo un modelo de Estado que había rechazado, en cuatro opor-
tunidades, en las urnas.
Durante ese ataque, ¿considera que tuvo el apoyo suficiente
desde América Latina?
Hubo corajudas e importantes manifestaciones y posicionamien-
tos de líderes y dirigentes latinoamericanos contra el golpe y a
favor del respeto a la normalidad democrática en Brasil. Recibí
mucha solidaridad en América Latina y en el mundo. Tanto de
los gobiernos progresistas que persisten y resisten, como de in-
numerables movimientos sociales, partidos y personalidades que
acompañaron y acompañan con interés y cariño lo que ocurre
hoy en Brasil.
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