Page 23 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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cuyo gobierno podría haber intentado avanzar en un programa más
radical en lugar de entregarse, atado de pies y manos, a las clases do-
minantes y sus aliados. El fraudulento juicio político que destituyera
a Dilma Rousseff fue menos mérito de sus corruptos conspiradores
que de la debilidad del PT, que ni bien encumbró a Lula a la presi-
dencia archivó el radicalismo originario, desmovilizó a su militancia
asumiendo que la gestión gubernamental era “un tema técnico” que
no podía ser perturbado por exabruptos políticos, y se dedicó a culti-
var sus alianzas con distintas fracciones de la burguesía y sus voceros
mediáticos, que tiempo después le propinarían un golpe de Estado a
su sucesora en el Palacio del Planalto.
En resumen, los gobiernos bolivarianos hicieron una tentativa de
abrir un camino poscapitalista, y en un cierto y limitado sentido algo
lograron. En cambio, más al sur, no encontramos políticas contra-
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rias al capitalismo sino tentativas, infructuosas, de “humanizarlo”,
con las desastrosas consecuencias que hoy saltan a la vista y que
dejan el amargo sabor de una magnífica oportunidad desperdiciada.
Matriz productiva: posibilidades y límites
Claro está que, pese a lo anterior, una cierta izquierda desastrada, que
transita sin rumbo y sin brújula por América Latina, no cesa de acusar
a los gobiernos bolivarianos de no haber sido capaces de consumar la
tan ansiada como necesaria revolución social ni de “cambiar la matriz
productiva” de sus países, a pesar de haber declarado en numerosas
ocasiones que ese era su objetivo económico fundamental. No obs-
tante, hay que decir que los críticos comparten un erróneo supuesto
con los gobiernos a los cuales fustigan. Tanto en Caracas como en
Quito y La Paz, los gobiernos progresistas suponían que el cambio de
una “matriz productiva” podía ser un proceso relativamente sencillo y
realizable en el corto plazo, con elecciones cada dos años.
En los procesos bolivarianos, la recuperación de los recursos natu-
rales básicos fue un paso importantísimo. Sin embargo, uno de los
obstáculos más serios fue la debilidad de las dos menores economías,
Ecuador y Bolivia, que restó márgenes de maniobra a las autoridades
económicas. Ecuador es un país muy vulnerable por la estructura de
su economía y también porque carece de moneda. Debe recordarse
que, a causa de la gran crisis de 1999, la burguesía financiera y el ca-
pital bancario aprovecharon para dolarizar su economía. Es decir, el
presidente Correa no pudo aplicar instrumentos de política monetaria
2. Para una visión de conjunto de estos experimentos remito al libro de Katu Arkonada y
Paula Klachko, Desde Abajo, Desde Arriba. De la resistencia a los gobiernos populares: escenarios y ho-
rizontes del cambio de época en América Latina (La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2017).
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