Page 206 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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• Contaron con una coyuntura económica favorable para la región,
caracterizada por el auge de los precios internacionales de las ma-
terias primas (productos agrícolas, hidrocarburos, minerales). So-
bre el beneficio del denominado “superciclo” de los commodities,
asentaron evidentes mejoras, como una disminución notoria de la
pobreza entre 2001 y 2011, o la ampliación de derechos fuertemente
reclamados durante la etapa previa. Hubo un repunte general de
todos los indicadores económicos y sociales, hecho que reconocen
hasta los analistas más críticos. 2
• Luego de lo que había sido la impronta privatizadora neoliberal,
buscaron reponer al Estado un rol activo. En Venezuela y Bolivia las
políticas sociales se complementaron con la nacionalización de re-
sortes básicos de la economía. Eso favoreció la recaudación fiscal
(aun en el marco de un sistema tributario regresivo) y fortaleció el
aparato estatal, permitiendo recursos para distribuir y alentando una
épica de soberanía.
• Estos gobiernos alteraron el tablero geopolítico regional, y su re-
lación con el resto del mundo, al protagonizar lo que tal vez pueda
considerarse el proceso de integración continental más importante
desde el siglo xix. El liderazgo de Hugo Chávez –promotor de casi to-
das las iniciativas integradoras– fue crucial, la inclusión de Cuba en
el ALBA y en la Celac resultó un aporte cualitativo determinante y, en
general, hubo un desafío a la hegemonía norteamericana que tuvo
momentos álgidos como el rechazo al ALCA en 2005.
Hecha esta valoración del ciclo como tal, consideramos imprescin-
dible abordar las diferencias al interior del conjunto.
Un análisis habitual entre los movimientos populares latinoame-
ricanos da cuenta, durante el período que analizamos, de tres blo-
ques de gobiernos. Por un lado, un bloque neoliberal integrado por
gobiernos aliados de Estados Unidos y opuestos a cualquier mejora
social (centralmente Colombia, México, Perú y Chile). Entre los que
se propusieron quebrar esa continuidad se pueden definir dos tipos
de proyectos, que el economista Claudio Katz caracteriza como “los
centroizquierdistas, que mantienen una relación ambigua con Esta-
dos Unidos, arbitran entre el empresariado y toleran las conquistas
democráticas (…); y los nacionalistas radicales, que son más esta-
2. Menciones a los indicadores económicos favorables en la región durante el ciclo pro-
gresista pueden leerse en análisis críticos que integran este libro, como el de Maristella
Svampa, “Crítica a los progresismos realmente existentes”, pág. 61; y Jorge Viaña, “Las
dos fases de una década y el desafío de reconducir el proceso”, pág. 155.
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