Page 21 - Yo quiero ser como ellos
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presidente Hugo Chávez envía a sus colegas de la CELAC cuando
            habla de América Latina y el Caribe como una zona de paz, también
            lo encontramos en las páginas de la Constitución de la República
            Bolivariana de Venezuela, redactada por la Asamblea Nacional
            Constituyente y aprobada por el pueblo en el referéndum del 15 de
            diciembre de 1999. En el preámbulo de nuestra Carta Magna, escrito
            por el poeta y constituyente Gustavo Pereira, se establece un Estado
            que  “promueva la cooperación pacífica entre las naciones e impulse y
            consolide la integración latinoamericana de acuerdo con el principio de
            no intervención y autodeterminación de los pueblos”

                 Es al encuentro de ese Antonio José de Sucre que salimos: el
            Mariscal que está, como el Bolívar de Neruda, en todas partes, en las
            flores y el aire; en la carta de nuestro Comandante enfermo y en la letra
            viva del poeta eterno. Desde la Cuba  martiana, escribe el presidente
            Chávez:

                 “Cómo no recordar, otra vez, la voz de Neruda cuando nos dice
            desde su memorable poema “Alturas de Macchu Picchu”: ‘Sube  a nacer
            conmigo, hermano’. Subamos, hermanos y hermanas, porque ha llegado
            la hora de nacer de nuevo, con toda la memoria y todo el porvenir
            iluminando el presente”.


                 Y en el Canto General de Pablo Neruda, vuelve la historia a
            recordarnos que, gracias a la epopeya de Ayacucho, podemos subir
            de nuevo a la ciudad del Sol de nuestros ancestros. Es Antonio José
            de Sucre el que nos guía. Es su espada la que nos abre trochas, sendas
            y caminos. Nos lo trae a la memoria la biografía del Gran Mariscal
            escrita por el Libertador. Repitamos la parte final, donde Bolívar
            exalta:

                 “El general Sucre es el padre de Ayacucho: es el redentor de los
            hijos del sol: es el que ha roto las cadenas con que envolvió Pizarro el
            imperio de los Incas”.


                 Al romper esas cadenas, como  lo escribe sublimado el
            Libertador, el Mariscal Antonio José de Sucre nos abrió paso a



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