Page 144 - Yo quiero ser como ellos
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de expresión en instancias internacionales, particularmente ante
la Organización de Estados Americanos y su inefable Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). De esas
defensas han salido artículos, ensayos y libros porque Luís Britto
tiene la mala costumbre de escribirlo todo, para bien de los
estudiosos y estudiantes del tema de que se trate. Sobre censura y
dictadura mediática –la llamada mediocracia- tiene la obra titulada,
precisamente, Dictadura Mediática en Venezuela; Investigación
de unos medios por encima de toda sospecha, entre otros ensayos
sobre un tema que ha copado buena parte de su preocupación
intelectual. Censurarlo, prohibirlo, es la respuesta de los que son
blanco de sus pesquisas y seguimiento casi implacable, de este o
de aquel lado de la frontera. Tanto más si recordamos su libro,
escrito en llave con el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez
Pirela, bajo el confeso título de La invasión paramilitar (Operación
Daktari), conspiración magnicida que vino de Colombia contra
el presidente Hugo Chávez Frías. La gota que rebasó el vaso de
la prohibición neogranadina fue su libro La paz en Colombia,
editado en 2010.
Solicitar desde el alto gobierno del vecino país la prohibición
de un libro de Luis Britto García debió resultar un escándalo entre
la intelectualidad venezolana. No ocurrió asó. Ya el apartheid
político contra la revolución bolivariana y todo aquel que la apoyase,
había llegado al mundo literario y artístico, donde los fanatismo
son peores que en otros ámbitos. Una reconocida locutora había
propuesto que cuando pasara el chavismo, el Teatro Teresa Carreño
fuese lavado y desinfectado con cloro. Un sociólogo adicto
a los materos y a otros objetos contundentes escribió que a los
intelectuales bolivarianos había que exterminarlos con insecticida.
No son hipérboles, lo perifonearon y escribieron. En ese orden de
cosas, la prohibición contra Luis Britto García es coherente. Poco
faltó que al silencio frente a la medida lo sucediera el aplauso.
Luís Britto García siguió su camino de lucha y creación, sin
parar en los ladridos a su caravana. Más de 60 libros son las huellas
de su andar, casi todos premiados dentro o fuera del país. Novelista,
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