Page 18 - Todos los versos
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a los más terribles suplicios, remiten esta sección del poe-
             ma al Libro de Job, en el que un Dios injusto y represor
             barre con el libre albedrío para imponer su arbitrariedad
             y su capricho. Por supuesto, Job no es mencionado nun-
             ca, Gasca es sumamente exigente con su lector, ya lo vi-
             mos, y poco lo ayuda. Tampoco Eliot lo hizo, ni Joyce,
             aunque este al menos en cierto momento preparó una
             especie de instructivo resumido para la lectura del Ulises.
             Ahora, yo pienso que un lector competente puede leer
             perfectamente a cualquiera de los autores mencionados
             sin perderse o, al menos, en caso de extraviarse en sus la-
             berintos, lograr finalmente salir de ellos más enriquecido,
             orgulloso de haber conseguido vencer en la aventura que
             se le ha propuesto.

                   Dios es el represor en la sección que estamos revi-
             sando, es el poder arbitrario, injusto y violento. Él es el que
             somete a interrogatorio y a tortura a Job y a la humanidad
             entera, que son sus rehenes.


                   Así termina Gasca esta penúltima sección de su
             poema:

                   cómo conocer al que cerró con doble puerta
                   al que impuso silencio y límites y nombres
                   también el enviador de botellas con mensajes
                   también el soplador de globos también el visitante
                   recorredor de ciudades frías el profeta
                   cómo responder adecuadamente a tus preguntas
                   si tú de espaldas
                   y cuándo crían las rebecas



             XVIII
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