Page 464 - Sencillamente Aquiles
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sencillamente aquiles
Mientras a él las mujeres
le ponen cintas, límpianle los mocos,
tú, vagabundo, eres
—privilegio de pocos—
amigo de los niños y los locos.
Y en tanto que él divierte
—estúpido bufón— a las visitas,
a ti da gusto verte
con qué gracia ejercitas
tus dotes de donjuán con las perritas…
Can corriente y moliente,
nombre nadie te dio, ni eres de casta;
mas tú seguramente
dirás iconoclasta:
—Soy simplemente perro, y eso basta.
La ciudadana escena
cruzas tras tu dietético recurso.
libre de la cadena del perro de concurso
que ladra como haciendo algún discurso.
Y aunque venga un tranvía,
qué diablos, tú atraviesas la calzada
con la filosofía
riente y desenfrenada
del que a todo perder, no pierde nada.
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