Page 346 - Sencillamente Aquiles
P. 346
sencillamente aquiles
señorita: ¡Ay mamá, por Dios! ¿Y por qué no te pusiste
los zapatos?… ¿No te da pena que te vean esos talones
que parecen unos cochinos?
señora (Herida): Guá, si no te gusta que tus invitados
me vean con esos talones, cómprame otros talones y
ya está. Demasiado sabes tú que yo no puedo calzar
porque me da hormiguillo.
carlotica: Mira, Dolorita, llama con disimulo a José
Gregorio, que está bailando muy feo, chica.
señora: ¡Yo lo dije!… ¡Yo lo dije!… Ese hombre no puede oler
una copita, porque ahí mismo se pone a bailá rucaneao.
(Estampido de una botella que alguien ha batido contra el
suelo. De la sala emerge un rollo de gente que viene llevándose
por delante todo lo que encuentra, en una ruidosa pelea.)
voces: ¡Ahí lo tiene, pues, cará! ¡Ahí lo tiene!… ¡No, no,
con navaja no!
un guasón: ¡Un momento, que hay piojito!
una mujer: ¡Ay, le desprendió el bolsillo!
señora: ¡Ay, pero si es Danilo!… ¡Danilo, por caridad,
mijito, acuérdate que tú no puedes hacer fuerza!…
¡Danilo, déjate de eso, que tú estás recién herniado!
señorita: ¡Ay, Dios mío, se van a matar!… ¡Sepárelos
usté, señor Narciso!
señor narciso: ¿Yo? ¡Qué váquiro, cochino! ¿Y si me
salpican con un cabezazo de esos?
346