Page 349 - Sencillamente Aquiles
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EXTRACCIÓN SIN DOLOR
El escenario es la antesala de un dentista. Llega un pobre
hombre con la cara amarrada con un pañuelo, debajo del cual
puede vérsele el cachete hinchado y engrasado con unto de ga-
llina. Viene a atenderle una enfermera y empieza el diálogo.
—Tenga la bondad, señorita, ¿cuánto cobra este doctor
por sacar un diente?
—Veinte bolívares.
—¿Veinte bolívares, señorita? No juegue. ¡Ni que
fuera un diente de oro!
—Bueno, de dos en adelante podemos hacerle un des-
cuento. ¿Cuántos se va a sacar usted?
—Uno.
—¿Uno solo? ¿Y por qué no se saca más para hacerle
el descuento?
—Porque este es el único que me queda.
(En ese momento se oye un tremendo alarido en el gabi-
nete del dentista.)
—¡Aaayyyy…!
—¿Qué fue eso, señorita?
—Un cliente. Debe ser que el doctor le está haciendo
una extracción sin dolor.
—¿Sin dolor, señorita? Y entonces, ¿por qué grita?
—Ah, porque es sin dolor de su alma.
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