Page 106 - Sábado que nunca llega
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earle herrera


            en un chirriar profundo que se fue apagando como un
            lejano silbido decreciente. El breve silencio que siguió fue
            violado por el fuerte encontronazo del ascensor contra el
            suelo del sótano; hacia allá corrieron todos. Los bomberos,
            que terminaban de llegar justo a destiempo, se encargaron
            de sacar siete cuerpos con los órganos desgajados. «Las
            guayas no aguantaron el óxido del tiempo», concluyó un
            poeta venido a menos, «pobre gente ¿no?».
                —¡Verga! —protestó el español—, primero la vieja
            ascensorista con su  Atalaya  y ahora usted con su negra
            historia inoportuna. Oh, Tenerife, quien tuviera una modesta
            barbería en una de tus modestas calles, Tenerife, oh.
                «A español bien párvulo», pensó el párvulo.
                La dama desmayada no daba señales de nada, el
            vestido se le había corrido un poco hacia los glúteos y la
            mirada del párvulo iba del glúteo izquierdo a la I, de la I
            al glúteo derecho y de este a la A. El párvulo rogaba que
            los bomberos no llegaran nunca, o por lo menos todavía,
            que no rompieran el embotellamiento cotidiano; ahora
            su mirada descansaba sobre un glúteo rosado. El párvulo
            rogaba. Y miraba.
                En eso Raúl Rojas sale a la calle, se estira las solapas
            del paltó, mira hacia ninguna parte como cualquier
            actor de telenovela y se dirige hacia el estacionamiento
            mecánico. Toma su fíat y arranca para Los Chaguaramos.
            Un pitazo y Dulce sale corriendo del edificio, abre la
            portezuela y se acomoda a su lado, íntima. Rojas pone
            el auto en marcha y en fila hacia el autocine, no está
            dispuesto a dejar perder la oportunidad, ya varias veces
            ha dejado perder la oportunidad. Pasan Lo que el viento se
            llevó, no importa, de ninguna manera él va a ver la película,
            se metió en el autocine tan sólo para no dejar perder la

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