Page 205 - Lectura Común
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Luis Alberto Crespo
               guardado de la poesía, la verdadera y esquiva poesía. Pero sí estoy
               cierto de haber hallado en el decir de su confidencia el juntamiento
               de un ejercicio verbal y de un reclamo ontológico en la revelación
               del ansia entendida como idea fija de una confesión o un testimo-
               nio de sobrevivencia, término que si bien el lugar común arruina,
               recobra en esta propuesta poética un desusado sentido: el de
               sabernos de regreso a lo vivido al tiempo que es ya distancia lo por
               vivir o lo que ya en la vivencia del instante ha sucedido.
                  Robert Graves, en versión de Rafael Cadenas , nos aconseja
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               “nunca escribir/ para decir más/ que decir algo”. La joven poetisa
               larense es obediente a esa encomienda del poeta inglés. Desde
               sus textos iniciales ha atendido a la experiencia visual de un lugar
               como ámbito terrestre y humano donde lo desprovisto (cerro,
               valle, punza, silencio y sed) presta a la escritura poética su seme-
               janza hirsuta y callada, por lo que su trasunto poético no puede
             [ 204 ] ser otro que el de la brevedad, la elocuente brevedad, no la que con
               frecuencia fracasa entre no pocos cultores.
                  Y bien que en esta obra pruebe su eficacia técnica y su don
               creador (porque es obra ya esta intensa labor creadora de Norys
               Saavedra, a juzgar por los libros publicados y en espera de edición)
               la presente antología, Hilos de cocuiza, que ofrece Monte Ávila,
               no hace más que corroborar la búsqueda (y el hallazgo) de una voz
               y una forma verbal que les son propias en su contemplación obje-
               tiva e internada de la naturaleza transformada en materia tangi-
               ble del sentido.
                  Para lograrlo, elige el habla a fin de acercarse a su confidente,
               sea alguien, sea algo, ora lo vivido o lo que está por serlo, acaso
               región asidua, acaso región dejada, tal vez prometida, con nombre
               de ayer y presente, de ser o de criatura, de cosa sola o con alma, de
               aquí y de allá, siempre llamando a cuanto se ha vuelto estima de
               su vínculo con el mundo, nombrándolo, confesándole su fidelidad


               1   El taller de al lado (traducciones), Bid & Co. editor, Caracas, 2005.







       Lectura comun heterodox   204                                   13/4/10   12:35:45
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