Page 92 - La escena contemporánea y otros escritos
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La escena contemporánea y otros escritos


               de un fenómeno cerebral; se trata de un fenómeno irracional. El motor
               de este cambio de actitud ideológica no ha sido la idea; ha sido el senti-
               miento. Mussolini no se ha desembarazado de su socialismo, intelectual
               ni conceptualmente. El socialismo no era en él un concepto sino una
               emoción, del mismo modo que el fascismo tampoco es en él un concepto
               sino también una emoción. Observemos un dato psicológico y fisonómico:
               Mussolini no ha sido nunca un cerebral, sino más bien un sentimental. En
               la política, en la prensa, no ha sido un teórico ni un filósofo sino un retó-
               rico y un conductor. Su lenguaje no ha sido programático, principista, ni
               científico, sino pasional, sentimental. Los más flacos discursos de Musso-
               lini han sido aquellos en que ha intentado definir la filiación, la ideología
               del fascismo. El programa del fascismo es confuso, contradictorio, hetero-
               géneo: contiene, mezclados péle-méle, 102  conceptos liberales y conceptos
               sindicalistas.  Mejor  dicho,  Mussolini  no  le  ha  dictado  al  fascismo  un
               verdadero programa; le ha dictado un plan de acción.
                  Mussolini ha pasado del socialismo al fascismo, de la revolución a
               la reacción, por una vía sentimental, no por una vía conceptual. Todas
               las apostasías históricas han sido, probablemente, un fenómeno espiri-
               tual. Mussolini, extremista de la revolución ayer, extremista de la reac-
               ción hoy, nos recuerda a Juliano. Como este Emperador, personaje de
               Ibsen y de Merezkovskij, Mussolini es un ser inquieto, teatral, alucinado,
               supersticioso y misterioso que se ha sentido elegido por el Destino para
               decretar la persecución del dios nuevo y reponer en su retablo los mori-
               bundos dioses antiguos.
















               102   Confusamente.


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