Page 300 - La escena contemporánea y otros escritos
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La escena contemporánea y otros escritos


               móviles y los estímulos de la conducta de Franca den dos capítulos sustan-
               tivos de la historia francesa: la cuestión Dreyfus y la gran guerra. En ambos
               instantes, France sostuvo la política de la «unión sagrada». Su gaseoso
               pacifismo capituló ante el mito de la guerra por la democracia. A este
               pacifismo no tornó sino después de 1917 cuando Romain Rolland, Henri
               Barbusse y otros hombres habían suscitado ya una corriente pacifista.
                  El oportunismo mundano de Anatole France es acremente conde-
               nado por Jean Bernier. Con mordacidad y agudeza maltrata la estética
               del maestro, que “ajusta sus frases, combina sus proporciones y carda sus
               epítetos”, perennemente fiel a un gusto mitad preciosista, mitad parna-
               siano. “El hombre, sus instintos y sus pasiones, sus amores y sus odios,
               sus sufrimientos y sus esfuerzos, todo esto resulta extraño a esta obra”.
               Bernier se opone, con tanta vehemencia como Fourrier, a toda tentativa
               de anexar la literatura de Anatole France a la ideología de la revolución.
                  Otro de los escritores de Clarté, Edouard Berth, discípulo remar-
               cable de Jorge Sorel, ve en Anatole France uno de los representantes
               típicos del fin de una cultura. Piensa que las dos familias espirituales,
               en que se ha dividido siempre la Francia burguesa, han tenido en Barres
               y en Anatole France sus últimos representantes. La cultura burguesa
               —dice— ha cantado en la obra de ambos escritores su canto del cisne.
               Observa Berth que nadie ama tanto al maestro como “ciertas mujeres,
               judías  cerebrales,  grandes  burguesas  blasées, 196   a  quienes  el  epicu-
               reismo, aliado a un misticismo florido y perfumado y a un revoluciona-
               rismo distinguido, hace el efecto de una caricia inédita; y ciertos curas
               en quienes el catolicismo eso hijo del Renacimiento y de Horacio más
               que del Evangelio, prelados untuosos, finos humanistas y diplomáticos
               consumados de la corte romana”.
                  Anatole France ha sido considerado siempre como un griego de las
               letras  francesas.  Contra  este  equívoco  insurge  George  Michael,  otro
               escritor, de Clarté, que desnuda la Grecia postiza de los humanistas fran-
               ceses. La Grecia, que estos helenistas admiran y conocen, es la Grecia de
               la decadencia. Anatole France como todos ellos, se ha complacido y se



               196   Cansadas, hastiadas.


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