Page 93 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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La dimension internacionaL deL Gran mariscaL de ayacucho 93



               A diferencia del Tratado de Armisticio, el de Regularización debía
             cumplirse en forma indefinida. Es decir, duraría hasta que conclu-
             yera la contienda. Así ocurrió en la medida de lo exigible. Y hasta
             se llegó a la ejemplarizante situación de que la espontánea y cabal
             obediencia a la reglamentación constituyó un precedente de con-
             ducta personal que hizo acreedores a los autores no sólo a que se les
             calificara como bueno su comportamiento, sino también a que se
             les hiciese beneficiarios de los privilegios y reconocimientos otor-
             gadles por vía de justicia distributiva.
               En prueba de lo anterior es conveniente traer a colación la si-
             guiente carta: “Guayaquil, 22 de julio de 1822. Al Excmo. Señor
             Don Pablo Morillo.- Mi estimable señor y amigo: El señor coronel
             don Basilio García, después de haber llevado su deber hasta lo im-
             posible, se restituye a España sin responsabilidad alguna con res-
             pecto a Colombia porque la capitulación que ha hecho conmigo
             salva todas las tropas de su mando de la triste suerte de prisioneros
             de guerra. Me tomo la libertad de recomendar a usted a este oficial,
             para que, en todo caso, pueda usted asegurar que su conducta, en
             todo sentido, ha sido muy distinguida. En la parte militar ha hecho
             más de lo que debía esperar, pues a pesar de la desventaja en que
             se hallaba, defendió a Pasto con una audacia y un acierto que haría
             mucho honor al mejor general.

               Por otra parte, la regularización de la guerra la ha cumplido reli-
             giosamente y con la mayor humanidad, y en las transacciones con-
             migo sobre armisticio se ha conducido con una fineza que yo no
             esperaba. En fin, amigo y señor, este oficial hace honor al ejército
             expedicionario. El estado de guerra en que aún desgraciadamente
             nos hallamos, no permite extenderme con usted sobre nuestros sen-
             timientos personales, porque la revolución puede haber colocado
             a usted en una situación que le comprometa cualquiera expresión
             mía; pero de todos modos, debe usted contar con que mis ofertas
             de Santa Ana, son y serán eternas.- Soy de usted con la más alta
             consideración su atento, obediente servidor.- Bolívar”.
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