Page 232 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho

232 Rafael Ramón Castellanos

visorio y “decidir sobre la suerte de los destinos de estas provincias, como
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sea más conveniente a sus intereses y felicidad”. Hubo una afortunada
coincidencia entre este trascendental testimonio de convocatoria del Maris-
cal de Ayacucho, del 9 de febrero de 1825, con el decreto del gobierno de
Buenos Aires, curiosamente expedido el 8 del mismo mes, por el cual había
sido autorizado el general Juan Manuel Álvarez de Arenales para que pac-
tase cualquier arreglo con los jefes del Alto Perú cuyas provincias quedaban
en la más completa libertad para que acordasen lo que más conviniera a sus
intereses y gobierno. 328

La significación del imponente documento de Sucre , aun cuando haya
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de ser objetado por el Libertador, no pudo pasar inadvertida a través de los
años en la historia de Derecho Internacional, pues echa las bases, bien sus-
tentadas por cierto, de una impronta que ha palpitado en el ánimo univer-

sal desde muchas oportunidades consagratorias, como es la autodetermina-
ción de los pueblos; es decir, el derecho de cada conglomerado a decidir su
propio destino, a fijar los pilares de su conformación jurídica y a delinear
el vigoroso testimonio de su configuración política, económica y legal alre-
dedor de principios democráticos, con la más absoluta libertad y amparado
en la representación de todos y cada uno de los legisladores que hayan sido
electos para ejercer atribuciones intrínsecas.

En razón de este mandamiento universal, que sigue en boga, que se robus-
tece cada un día más, tuvo lugar la Asamblea de los pueblos del Alto Perú, y
a su ejemplo, se han realizado múltiples Congresos de la misma índole, para
que los respectivos conglomerados establezcan el rumbo que han de seguir

[ 327 ]_ SUCRE, De mi propia mano, p. 211.

[ 328 ]_ COVA, J. A.- El monólogo de Hamlet (Discursos y conferencias). Caracas, Edicio-
nes Villegas, 1956, p. 27.
[ 329 ]_ Verlo en Documentos referentes a la creación de Bolivia. Vicente Lecuna, Tomo I,
p. 94-96.