Page 227 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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          tivas. Esa fama de su generosidad, tan difundida, habrá de ser el principal
          aliciente que lo anime a acreditar cerca del jefe español al coronel Antonio
          Elizalde, con instrucciones precisas para negociar la entrega de las banderas
          de España por parte de los realistas, detallando como inviolable y esencial
          el reconocimiento de la independencia del Alto y del Bajo Perú. Si aceptaba
          esta posición el Mariscal Olañeta, podía quedar al mando de su ejército de
          cinco mil hombres que juraría fidelidad al Perú y a Colombia. Este jefe re-
          cibió al enviado patriota y nombró como su representante para negociar, al
          Intendente de La Paz, coronel José María de Mendizábal e Imaz, y “rechazó

          decidida y resueltamente las anteriores proposiciones, alegando que sobre
          las bases de ellas no era posible ningún arreglo, porque no las considera-
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          ba en la esfera de sus atribuciones”. Elizalde que seguía delineamientos
          de Sucre con la precisión más elocuente, no se desanimó y se empeñó en
          conversar para concretar otras fórmulas acordes con su comisión y para
          evitar un innecesario derramamiento de sangre; además, como por parte de
          Olañeta “había interés en suspender transitoriamente el curso de las ope-
          raciones bélicas, a la vez que el coronel Elizalde creía que en el intermedio,

          aprovechando la serenidad de ánimo de los beligerantes, podría arribarse a
          un arreglo definitivo, pactó para un armisticio, o suspensión de hostilida-
          des, con fecha 12 de enero por el término de cuatro meses, con cargo de
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          aprobación de los respectivos generales de ambos ejércitos”. Sucre recibe
          la documentación del acuerdo y no lo ratifica. 319  El 24 del mismo mes de
          enero le hace saber a Olañeta que “no es mi ánimo abusar de nuestras ven-
          tajas, ni usar de la fuerza, sino servirnos primero de la razón; por eso me
          detendré en explicaciones”:



          [ 317 ]_ P1NILLA, Sabino.- La creación de Bolivia. Madrid: Editorial América (s.a), p. 95.

          [ 318 ]_ Ídem, p. 95-96.
          [ 319 ]_ Verlo en Documentos referentes a la creación de Bolivia. Vicente Lecuna, Tomo I,
          p. 14-15.
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