Page 235 - La dimensión internacional del Gran Mariscal de Ayacucho
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             terminación por un pueblo, ha de existir, por el cumplimiento
             de este único extremo, una situación en la que necesariamente
             se ha de dar el respeto de los derechos del hombre. Si es verdad
             que la consagración del derecho a la libre determinación de un
             pueblo es una condición o requisito ineludible para la existencia
             de los derechos y libertades de la persona humana, no es menos
             cierto que, además de esta condición, se requieren otros elemen-
             tos para que exista ese respeto de los derechos humanos. Si el
             estudio del fenómeno colonial muestra la absoluta incompatibi-
             lidad de toda dominación colonial o extranjera con la idea y la
             realidad de los derechos del hombre, la observación de muchos
             regímenes nacidos del triunfo sobre el colonialismo pone de ma-
             nifiesto, asimismo que, sin colonialismo, pueden darse, se han
             dado y se dan con frecuencia, situaciones de reiterada, general
             y grave violación de los derechos y libertades del hombre. Ello
             demuestra ciertamente que para que esas violaciones no se pro-
             duzcan se requieren otras múltiples circunstancias y presupues-
             tos políticos, económicos,  sociales  y culturales,  pero  también
             señala el hecho innegable de que el colonialismo ha dejado una
             herencia de explotación, subdesarrollo e incultura que supone
             una realidad en la que no es posible encontrar las condiciones
             para que florezca la libertad y se aseguren los derechos políticos,
             civiles, económicos, sociales y culturales del hombre.
               El derecho a la libre determinación sería, asimismo, un derecho
             humano en cuanto para el Derecho Internacional de hoy, todo
             hombre posee el derecho a que el pueblo al que él pertenece, si
             está sometido a una dominación colonial y extranjera, pueda
             actuar y luchar para conseguir un status que sea la consecuencia
             de la consagración de este derecho a la libre determinación. 331

            Palpablemente demostrada está pues la teoría que confirma la Doctri-
          na Sucre como una bandera proyectándose en el tiempo desde los Tra-



          [ 331 ]_ Ídem, p. 193-194.
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