Page 115 - Guanipa-Endenantico
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Earle Herrera
RUBÉN TORRES TAN CERCA
Me prestara Mario Benedetti su prosa para tejerle una his-
toria bonita a un futbolista de mi pueblo, que además fue
mi amigo. Me cediera por tres líneas su magia narrativa el
Julio Cortázar que le dedicó un cuento a su paisano Carlos
Monzón, aquella noche en París cuando enfrentó una leyen-
da del boxeo llamada Mantequilla Nápoles. Un dolor de au-
sencia por la repentina ausencia de Rubén debilita mis letras
y aflige mi escritura.
Como quien se muda de un santo a otro, la familia de
Rubén Torres llegó a San José de Guanipa desde San Juan de
las Galdonas. Aquí estudiamos, aquí jugamos, aquí crecimos
juntos, con Elinor y Chuito y Yumar y Yuraima y la señora
Nazaria, la madre y guerrera de todas las batallas. Aprendió
a jugar al fútbol en un campo sin césped que con presun-
ción llamábamos estadio. Atlético era el deportista nato que
descollaba en cualquier disciplina. Prejuvenil, en la mañana
dominical se ponía el uniforme de béisbol para lanzar juego
completo y en la tarde el de fútbol. Al día siguiente estaba en
su marca y listo para el atletismo.
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