Page 94 - Fricción y realidad en el Caracazo
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ficción y realidad en el caracazo


            mayorías pobres del país. Sin políticas de contenido so-
            cial que mitigaran la precaria situación de esos sectores,
            difícilmente las medidas de ajuste económico podrían
            aplicarse. Los mismos patronos lo comprendieron así y
            el aumento salarial al que estaban reacios días antes, lo
            aprobaron al calor del Sacudón. Sin embargo, el espíritu
            protestatario había llegado para quedarse. Su freno se-
            rían los recuerdos de la desproporcionada represión. Pero,
            ¿hasta cuándo duraría el miedo? Esta era la pregunta que
            mortificaba a la dirigencia nacional.
                Algo o mucho había cambiado en el país. El ciuda-
            dano tenía más conciencia de sus derechos y no vacilaba
            en reclamarlos. Los especuladores y acaparadores de pro-
            ductos de la cesta básica sabían que sus prácticas fueron
            factor fundamental entre las causas del estallido popular.
            La palabra saqueo se llenó de connotaciones y funcio-
            naba como recordatorio y advertencia, con su ingrediente
            de mal recuerdo. En la sociedad en general hubo un des-
            pertar a la participación, como un cuerpo que descubre
            sus fuerzas. La politización, no en el sentido partidista,
            impregnó todas las capas sociales. Incluso los niños y ado-
            lescentes fueron afectados, en su visión del entorno, por el
            dramatismo de los hechos:

                  Mis niños de preescolar viven cotidianamente un país
                  que nosotros ni siquiera imaginamos. Los sucesos del
                  27 de febrero los colocaron en posición de protagonistas,
                  pasaron de víctimas a victimarios por escasas horas.
                  A diferencia de nuestros juegos infantiles a policías y la-
                  drones, en los de ellos de pronto hay nombres propios
                  y caras de vecinos, de un hermano, o simplemente el



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