Page 396 - Fricción y realidad en el Caracazo
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ficción y realidad en el caracazo
era como poner la realidad en el papel, como continuar la
unidad que venía trabajando en el cuento, ya reflejando
más la realidad; eso, digamos, que en ningún momento
se contradijo.
—O sea, hubo una continuidad entre la ficción y lo
que estaba ocurriendo en la realidad.
—Cómo no, allí hay cosas que se vivieron en ese mo-
mento, revueltas que parecían ficción, realidad y ficción se
ligaron de tal modo que no se pueden distinguir algunas
cosas. Yo disfruté, como se dice en esas crónicas, de las be-
bidas que algunos vecinos saquearon, pasamos un fin de
semana tomando normalmente como si fuera una fiesta.
Parece extraño, era una revuelta no organizada ni dirigida
a un fin específico, sino una explosión. En los barrios se
vivió como una fiesta, yo en Coche, específicamente, lo
percibía así, tragedia y fiesta a la vez. Esto se basa en un
muchacho que estaba saqueando una mueblería a tres casas
de donde yo estaba viviendo en ese entonces, en la casa de
mis padres, y al lado del velorio y del llanto por la muerte
había un ambiente de fiesta increíble.
—¿De celebración? ¿Qué celebraban?
—Sí, de celebración. Celebraban la obtención de las
cosas. En gran parte de la población no había un interés
político, sino más bien como un día de justicia, de tomar
las cosas que es imposible obtener normalmente porque no
les alcanza el sueldo para eso. Ese nivel del saqueo simple
se vivió mucho aquí.
—Cabrujas lo llamó «sueño de una noche de vera no»
y también «la revolución del Trinitron». Los televisores,
la gente poseía lo que nunca había tenido, por unas horas
nada más. Muerte y celebración. Ahora, en el caso tuyo
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