Page 388 - Fricción y realidad en el Caracazo
P. 388
ficción y realidad en el caracazo
periodísticas, en las fotos, en la televisión, salía siempre al-
guien con algo que desesperadamente había arrebatado
y que iba corriendo.
—Pero una vez que te ubicaste en el tema, de acuerdo
con la lectura que yo hago, te olvidaste del encargo.
— Sí.
—Apareció el escritor.
—Sí, apareció el escritor, exactamente.
—Porque aquí hay un texto muy bello, una mezcla
de la realidad de la muchacha y la ficción, donde están
los maniquíes de la vitrina y un camarógrafo exterior, es
decir, hay una serie de juegos que hacen de esto un texto
de ficción.
—Sí, para los que conocemos la realidad, captamos la
entremezcla de realidad y ficción en ese texto, sin duda. Yo
partí de la realidad, naturalmente, de los elementos que
la realidad misma nos estaba dando. Vi fotos, traté de re-
cordar caras que vi en la televisión, vi reseñas periodísticas.
—Hiciste periodismo reporteril.
—Un poco eso, me dije: vamos a ver qué se me ocurre,
sin tomar demasiado apunte. No sé si hubo exactamente
una foto que me impresionara realmente, le mentiría si lo
diría. No es descartable del todo que haya ocurrido eso,
que una foto en particular de alguien que fue sorprendido
con un disparo de la policía o del Ejército mientras sa-
queaba y tal y corría hacia un refugio en el cerro. Quizás
ocurrió así, pero, claro, de tanto material que uno recibió
en aquella época, se me dificulta precisar algún dato par-
ticular que yo recibiera y a partir del mismo tratara de ela-
borar algo; más bien pienso que pudo haber sido toda la
cuestión, y yo elegí una, la muchacha que le arrebató el
vestido al maniquí y en el momento que estaba tratando
388