Page 32 - Fricción y realidad en el Caracazo
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ficción y realidad en el caracazo
la vida inútilmente, en una confrontación desigual de pie-
dras o consignas contra armas de fuego. A veces, muchas
veces, la realidad toma ribetes de teatro del absurdo, pero
sin ser teatro, sino la más cruda aunque absurda realidad.
En 1968 gana las elecciones Rafael Caldera, fundador
del partido socialcristiano Copei (estas siglas significan
Comité Organizado Popular Electoral Independiente,
pero pocos lo saben). Caldera se declara el presidente de la
pacificación e inicia una serie de contactos con los líderes
del PCV y del MIR. Se debe reconocer que el gobierno
de Leoni tuvo iniciativas en ese sentido en las postrime-
rías de su administración. Así como que el Partido Co-
munista, antes abstencionista, participó en las elecciones
de 1968 con el nombre de Unión para Avanzar (UPA),
lo cual era una señal de su intención de incorporarse a la
lucha legal.
Los dirigentes subversivos que decidieron acogerse
a la política de pacificación nunca aceptaron la expresión
de «derrota militar» y hablaban de «repliegue táctico»,
aunque en la mayoría de los casos resultó definitivo. El
MIR y el PCV habían perdido el respaldo popular que tu-
vieron a principios de los años sesenta. En un país donde
el fracaso rotundo de la reforma agraria empujó al campe-
sinado hacia los cinturones de miseria de las grandes ciu-
dades, poco tenían que hacer los insurgentes internados en
las montañas venezolanas. La guerrilla rural se quedaba sola
ante la migración de la población rural, en otras condiciones,
su base de apoyo.
La política de pacificación provocó fracturas en el
movimiento guerrillero. El Movimiento de Izquierda
Revolu cionario se escindió en dos agrupaciones: Ban-
dera Roja y la Organización de Revolucionarios (OR),
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