Page 235 - Fricción y realidad en el Caracazo
P. 235
earle herrera
para presentar personajes y ambientes frente a un espejo
que los deforma. El nombre de esta parte de la novela,
con su halo poético de «Laguna Azul», resulta una ácida
ironía. Así escribe Argenis Rodríguez.
La tercera parte, titulada «27 y 28 de febrero», entra
en el tema propiamente dicho del Caracazo. El autor narra
hora a hora los acontecimientos que durante dos días hun-
dieron al país en la anarquía y la muerte. Cada hora es una
escena, casi todas construidas con diálogos. El narrador
se soslaya. Los hechos los toma de la prensa, la televisión,
las conversaciones de la gente. Inventa poco, no es nece-
sario. Solo se ocupa de la puesta en escena de los aconteci-
mientos. Sus personajes —víctimas o victimarios— están
en la calle. La realidad dicta la novela. Los mass media la
enriquecen y dramatizan. El novelista recoge información
como un periodista que no se da abasto para las primi-
cias que le llueven. La escritura busca un orden, su propio
orden para narrar, y solo lo encuentra siguiendo las agujas
del reloj, haciéndolo escena por escena. Es un orden fic-
ticio. Las cosas ocurrieron desordenadamente, en una
misma hora se daban múltiples situaciones.
En el relato del caos, los diálogos son reveladores,
críticos:
—Presidente —dijo el ministro de la Defensa—, la
guerra nos ha costado dos hombres: el mayor Carlés, que
cayó en El Valle y un soldado de la Fuerza Aérea.
—¿Y qué opina usted, ministro?
—Que hemos aprendido mucho sobre el arte de la guerra.
5
—Lo felicito .
5
Argenis Rodríguez, Febrero, Fuentes Editores, Caracas, 1990, p. 168.
235