Page 233 - Fricción y realidad en el Caracazo
P. 233
earle herrera
materia con que los medios habían hecho información
y noticia, espectáculo y sensacionalismo.
Para Rodríguez, escribir sobre la realidad inme-
diata no era experiencia nueva, al contrario, es uno de los
rasgos distintivos de su quehacer literario. En este aspecto,
además de novelista, que lo fue, se le puede considerar un
cronista de su época, con el añadido de que se involucraba
en los hechos que le interesaba narrar, como ocurrió con la
guerra de guerrillas de la década de los sesenta. De modo
que su obra Febrero se inscribe perfectamente en el afán
y la pasión de un escritor que se propuso narrar, contar y
llevar el registro de su tiempo, dentro de una corriente que
el crítico Julio Miranda denominó «realismo directo»:
La narrativa directa, de registro inmediato de la rea-
lidad, la encontramos en toda una serie de libros de
comienzo de los sesenta. Se trata aquí de una prosa su-
ficientemente flexible como para integrar pensamientos
de los protagonistas, diálogos, escenas del pasado, etcé-
tera, pero siempre moviéndose a un solo nivel de len-
guaje, acaso lo que se entiende usualmente cuando se
4
habla de realismo .
Escenas del pasado y el presente, el diálogo como re-
curso recurrente, los pensamientos de los personajes, cons-
truidos con un lenguaje directo, son características de la
novela Febrero. Dividida en cuatro partes, el título de cada
una lo dicta su contenido. La primera, «Resolana», es narra-
tivamente la más orgánica. Su eje conductor es la vida de un
negro psicópata y violador en serie, sexualmente insaciable,
4
Julio Miranda, ob. cit., p. 88.
233