Page 230 - Fricción y realidad en el Caracazo
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ficción y realidad en el caracazo
consideraba superior a los hombres de letras de su tiempo.
El mismo Orlando Araujo, autor de la cita anterior, coloca
como epígrafe de su nota crítica, la confesión de un perso-
naje de Rodríguez, que no es otro que el mismo Argenis
Rodríguez: «Me he convertido en un hombre indiferente
a cualquier cosa que no tenga que ver conmigo o con mis
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ambiciones» . En sus libros testimoniales y sobre todo en
sus artículos, Rodríguez deja constancia de ese ego lite-
rario que, en un mundo de ególatras como el de las letras,
es difícilmente superado.
Solitario, bohemio, atormentado, Argenis Rodríguez
escribe sobre su tiempo. Es implacable con la sociedad,
la alta y la pequeña burguesía; con el país político, sea de
izquierda o de derecha; con los intelectuales y artistas.
Con sus novelas, va construyendo su soledad, su aisla-
miento. Investiga, observa y vive lo que escribe. En los
años sesenta se va a las guerrillas, más que por razones
ideológicas, para escribir una novela sin que nadie le eche
cuentos. Se burla de aquellos escritores que publicaron
poemas, cuentos y novelas sobre la lucha armada desde
sus escritorios, sin arriesgar el pellejo. Como su vida, su
estilo es directo, mordaz, provocador. Difícil separar al
Argenis Rodríguez escritor, hombre de carne y hueso, del
Argenis Rodríguez de sus ficciones, convertido en perso-
naje de sí mismo. No lo hicieron literato las experiencias vi-
vidas —estas fueron su materia—, sino los libros y novelas
que desde joven literalmente devoró.
Siempre amenazó con su suicidio, en privado y en pú-
blico, a través de sus artículos. El cotarro literario terminó
resignándose a que ello nunca ocurriría. Pero pasados los
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Ibid., p. 345.
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