Page 21 - El Estado Docente
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otros educadores y educadoras. Nuestra escuela debe ser una
“escuela social” que genere una “educación social” en el sentido pro-
puesto por el maestro de Bolívar. ¿Podrá decir alguien que fueron
proposiciones apenas válidas para el siglo XIX? Nuestra escuela
debe formar a un ser crítico que consciente, comprometido con su
historia y raíces, sensible a su gente, solidario, y productivo. La
escuela, entonces, debe promover la creatividad, el estudio por el
interés de saber, de descubrir, de solucionar problemas de todo
tipo; una escuela que promueva el trabajo alegre y creativo con una
educación científica, viva, de cara a los problemas de la comunidad
y la nación.
En El Estado docente, estos y otros aspectos de permanente
interés son expuestos con alta cultura, aguda penetración y perma-
nente vigencia por el Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa. Hasta aho -
ra, nadie como él ha defendido el derecho y el deber del Estado a
dirigir la educación con tanta coherencia conceptual y política. En
este trabajo y sobre todo, con su ejemplo de vida, Prieto Figueroa
nos persuade de la justeza de esta tesis que es columna vertebral de
la política educativa del gobierno del presidente Hugo Chávez
Frías. Podemos afirmar sin exageración, que cualquier Ley de
Educación desprovista de este concepto estratégico entrega a la
oferta y la demanda, al mercado y a los sectores privados la orien-
tación y amplitud de la educación en una sociedad cualquiera. La
ciudadanía, entonces, se restringiría a los que tienen y, en conse-
cuencia, pueden estudiar; ese también sería el tamaño de la nación,
uno socialmente mezquino.
Así pues, se entiende que El Estado docente, por su naturaleza,
sea uno de los trabajos más polémicos del maestro Prieto Figueroa;
también uno de los más combatidos y, por paradoja, de los menos
leídos y más tergiversados. Fue tesis expuesta por él en las conven-
ciones del magisterio venezolano y publicado por esa misma orga-
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