Page 23 - El Estado Docente
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el derecho y deber del Estado a orientar la educación, a definir sus
             fines, a supervisarla y colocarla en sintonía con los planes de la
             nación, debe ser conocida y discutida con amplitud por todos los
             ciudadanos y ciudadanas; esto tan importante no es un asunto de
             élites. ¿Por qué lo  decimos? Porque el Estado docente, que es el
             mismo Estado social en función educativa, es principio esencial de
             la democracia participativa y protagónica. Por eso es tan combati-
             do por los neoliberales, por los privatizadores partidarios del mer-
             cado como mecanismo autorregulador; por eso hoy se le quiere
             enfrentar con la vacía y engañosa tesis de la “sociedad educadora”,
             queriendo contraponer con esto a la sociedad civil, a la sociedad
             organizada con el Estado, como si éste no fuese la expresión más
             genuina y potente de las diversas fuerzas sociales y clases que se
             mueven en la sociedad; como si, en definitiva, pudiera haber existi-
             do en el devenir histórico sociedad alguna que no se comportara
             como educadora respecto de sus miembros a socializar. En el pasa-
             do reciente los adversarios del Estado docente enarbolaban las ban-
             deras de la libertad de enseñanza, de la obligatoriedad de la educa-
             ción religiosa en la escuela oficial; en fin, de la defensa a secas de la
             educación privada. Hoy anteponen la tesis de la sociedad educado-
             ra para defender la hegemonía de la educación privada laica y reli-
             giosa. Lo hacen para mejor defender tanto cuantiosos beneficios
             económicos como la libertad de educar para la diferencia social de
             esa democracia vacía de verdadero contenido humano: la demo-
             cracia representativa controlada por las minorías del dinero, la polí-
             tica y la cultura.
                La suerte está echada. Las mayorías defenderán el Estado social
             y su expresión en la educación, el Estado docente, concepto estraté-
             gico de la política educativa del actual gobierno bolivariano y revo-
             lucionario. Pero esa defensa debe elevarse al plano teórico e históri-
             co en su más alto nivel y llevarla a las mayorías, al pueblo. Esa fue la


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