Page 11 - El Estado Docente
P. 11
ningún otro documento, sobresale la dimensión política que Bolívar
le asignó a la educación. Y esta concepción la compartió con don
Simón Rodríguez, su maestro en la infancia y en la juventud, el teó-
rico por excelencia de la educación republicana en ese siglo XIX de
luchas independentistas.
Simón Rodríguez se va de Venezuela en 1795 cuando ya le era
reconocida su cultura y su magnífica labor en la Escuela de Primeras
Letras de Caracas desde 1791. Regresa a la América del Sur en
1823, luego de numerosos viajes por EEUUy Europa que lo colocan
en situación de enriquecer su experiencia y absorber la más alta cul-
tura de la época. Rodríguez es el filósofo de la “Educación popular”
o General que busca darle bases firmes a la libertad recién conquis-
tada por las armas de su discípulo.
En Bogotá don Simón Rodríguez pone en práctica sus escue-
las-talleres abiertas a todos; quiere, con el decidido apoyo del
Estado, fundar desde ellas las repúblicas hispanoamericanas
recién establecidas. Es una escuela original orientada a la forma-
ción de los republicanos; una escuela y educación concebida para
que las mayorías accedan a la propiedad y cuya cultura general los
haga aptos para gobernarse. Quiere, además, que esa escuela-
taller sea una “escuela social” que provea de una “educación
social” que forme en la conciencia “un común sentir de lo que con-
viene a todos” y que propicie la “armonía social”. La incompren-
sión y el egoísmo de las oligarquías le cerraron el paso en Bogotá
y Chuquisaca.
La educación orientada y sostenida por el Estado con el propó-
sito de transformar en republicanos a las mayorías de indios y cam-
pesinos quedó postergada. En consecuencia, la República del siglo
XIX y buena parte del siglo XX tuvo la amplitud que le dieron los
pocos círculos de alfabetizados que hacían y rehacían constitucio-
nes a su antojo y manejaron el Estado conforme a su egoísmo social.
BIBLIOTECA AYACUCHO IX