Page 81 - Ecosocialismo
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80    Ecosocialismo  l    Andrés Bansart



             El 5 de junio de 1993, en la “Conferencia Mundial de los Dere-
          chos Humanos” se aprobó la Declaración y el Programa de Acción de
          Viena. Ésta señalaba que “todos los Derechos Humanos son univer-
          sales, indivisibles e interdependientes.” La interdependencia es,
          precisamente, el hecho de que cada uno está relacionado con todos
          los otros. Seguía el texto diciendo lo siguiente: “La comunidad inter-
          nacional debe tratar los Derechos Humanos de forma global y de
          manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el
          mismo peso.”
             Pero ¿qué es o quién es esta “comunidad internacional”? ¿Países
          que pelean entre sí? ¿Economías anti-ecológicas que se reducen en
          mercados sin escrúpulos? ¿Dónde está la comunidad, dónde están los
          denominadores comunes, la aceptación de la diversidad y el deseo real
          de solidaridad?
             El texto de Viena precisaba: “Debe tenerse en cuenta la importancia
          de las particularidades nacionales y regionales, así como de los diversos
          patrimonios históricos,  culturales y  religiosos, pero los  Estados
          tienen el deber, sean cual fueren sus sistemas políticos, económicos y
          culturales, de promover y proteger todos los Derechos Humanos y las
          libertades fundamentales.”
             En  Nuestra América,  en esta misma década de los noventa,
          imperaba el neo-liberalismo. El capitalismo salvaje tenía efectos
          devastadores sobre las masas más pobres y hasta las clases medias.
          En ciertos países, algunos “milagros económicos” preparados por
          las dictaduras de las dos décadas anteriores servían de “modelos”.
             Europa y Estados Unidos (siempre los mismos) relacionaban
          estrechamente entre sí, como lo dijimos antes, el modelo econó-
          mico antidemocrático con su modelo político de “democracia repre-
          sentativa”.
             Esta llamada “democracia representativa” representaba cada
          vez menos a los ciudadanos y cada vez más los intereses finan-
          cieros. En cuanto a Nuestra América, un informe del Programa de
          Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de 2004 demostró que
          existía un alto índice de insatisfacción con respecto a esta famosa
          democracia “representativa”. Sostenía el informe que era necesario
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