Page 77 - Ecosocialismo
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76    Ecosocialismo  l    Andrés Bansart



          éstos, el respeto al Derecho al trabajo se concretó de manera muy
          diferente. No es el lugar aquí para estudiar este último punto, pero
          estas mismas diferencias en contextos sociales, culturales, econó-
          micos y políticos ellos mismos muy diferentes al nuestro, hacen
          que, evidentemente, haya que repensar este Derecho en las diná-
          micas de un ecosocialismo para Nuestra América en este siglo XXI.
             Pero se puede ir más lejos: actualmente, entre una sociedad
          indígena rural y una sociedad mestiza urbana, para tomar un
          ejemplo, el mismo concepto de trabajo es muy diferente. De este
          modo, para definir el concepto, es indispensable referirse a la
          cultura, el modo de vivir, las costumbres de una u otra sociedad. De
          allí que este Derecho al trabajo se interpretará de manera diferente
          en las diversas esferas sociales de un mismo país. Si se habla de
          ecosocialismo, hay que respetar los modos de pensar y actuar en
          los variados “eco-sistemas” y “etno-sistemas” del país. Esto muestra
          que el ecosocialismo tendrá que respetar las diversidades “ecoló-
          gicas” y “etnológicas” y, por eso, ser muy flexible.
             Algunos, escuchando estos  propósitos, se  indignarán quizás
          y los denunciarán temiendo la anarquía que su aplicación podría
          provocar. Preguntaremos entonces qué entienden por anarquía. El
          término tiene dos raíces: άυα y el verbo άρχω (dirigir). Esta multi-
          definición del concepto de trabajo llevaría a una sociedad sin direc-
          ción. Sería verdad en el campo del trabajo, y, como lo veremos, en
          otros campos también (por ejemplo el campo político). Habría
          entonces que entendernos sobre el sentido de la palabra direc-
          ción. No se trata de una ausencia de orientación, sino de no aceptar
          ningún tipo de relación de dominación.
             Idealmente, el trabajo debería organizarse mediante un sistema
          cooperativo. La dirección (es decir, el mando y también la orienta-
          ción) debería realizarse de manera compartida. Como lo veremos,
          el ecosocialismo, que deseamos para Nuestra América, se construirá
          en el respeto mutuo y la auto-organización. Diríamos, entre parén-
          tesis, que deberíamos hablar de  Nuestras Américas  porque son
          múltiples y diversas estas Américas (ciertamente Martí hubiera
          estado de acuerdo con el plural que utilizamos a veces, con respecto
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