Page 230 - Agroecologías insurgentes en Venezuela Territorios, luchas y pedagogías en revolución
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y formarse juntos, ya saben qué producen y consumen los otros y se
comunican en cualquier momento para intercambiar, más allá del precio.
Esta era una práctica común antes de que aparecieran los mercados
convencionales, que subyace en la memoria colectiva en el territorio. El
intercambio no solo se practica en abastos de trueque o talleres, también
se promueve como praxis permanente. Ello permite que se profundice
también la motivación que queda para el encuentro y la juntura entre y
dentro de las comunas.
Actualmente, a causa de los problemas de transporte, se han desarrollado
grupos de intercambio dentro de las comunas con la misma moneda, el
zambo. Aunque muchas autoridades locales se han identificado con las
causas del Gobierno nacional, el tema del transporte ha sido crítico. Esa
limitación ha hecho que vaya mermando la regularidad de los abastos y
estos se han ido distanciando en el tiempo. La frecuencia pasó, de cada dos
semanas, a cada dos o tres meses. Afortunadamente, como la experiencia
tiene carácter de escuela, esa dificultad no constituye un problema mayor,
debido a que la autonomía del movimiento es parte de su esencia; cada
encuentro es motivo de fiesta y celebración.
El sistema de trueque facilitó, por su proceso formativo y su praxis,
el desarrollo de la Confederación de Consejos Comunales José Leonardo
Chirinos y la Red Nacional de Comuneros y Comuneras que, a su vez, han
servido como plataformas organizativas para la lucha por la transformación
social, el sostenimiento del proceso revolucionario y de algunas prácticas
para la construcción de las comunas y territorios comunales.
Para esta organización, el trueque no es el sistema económico, sino
una parte de este que hay que empezar a transformar, como parte de la
construcción del socialismo. La construcción de ese sistema nuevo pasa
por entender al trueque como algo más allá del intercambio individual,
en cuanto múltiples personas lo practican y permite que sea una escuela
en la que se desarrollan conceptos. El sistema de trueque integra lo
conceptual y lo práctico, necesario para otras formas de relacionamiento.
El trabajo realizado permite retomar una práctica ancestral y aplicarla con
formas más científicas y orgánicas en el territorio, para el desarrollo de
procesos productivos comunales. Mediante estas experiencias se asume
lo económico como parte de un ciclo productivo, que incluye no solo
la siembra sino el manejo de la tierra, la cosecha, la distribución, la
sostenibilidad y la soberanía alimentaria local.