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las monedas locales, con objetivos, regulaciones y manejos muy diversos.
En su mayoría, funcionan en paralelo con los sistemas monetarios
convencionales y se caracterizan por estar acotados geográficamente
o a comunidades específicas. Se considera que las monedas locales
estimulan la producción comunal local y el desarrollo de valores morales
relacionados con el dinero, como la no-acumulación y la no-especulación
(Meyer y Hudon, 2017).
Los abastos comunitarios basados en el trueque o intercambio justo
se han incrementado en América Latina desde la década de los noventas
del siglo pasado, cuando las políticas neoliberales iniciaron, con un
impacto muy fuerte en poblaciones de Argentina, luego Colombia, y en
pocos años se propagaron por la región. En Argentina, presentaron un
crecimiento extraordinario durante el 2001, cuando la nación atravesaba
una crisis política, económica, social e institucional, luego de una década
de precarización del trabajo y expansión del desempleo (Orzuza, 2018).
En Colombia, por ejemplo, las raíces son múltiples, desde un origen
fuertemente enraizado en las culturas indígenas en el departamento del
Cauca, hasta organizaciones locales, respaldadas por políticas regionales
en Antioquia (Tocancipá-Falla, 2008). Juan Esteban López, un incansable
promotor de estas iniciativas tanto en Colombia, como en Venezuela,
explica que en Venezuela han emergido, casi como caso único global, al
integrar iniciativas desde el tejido social de las bases populares junto a la
propulsión por el Gobierno nacional:
El presidente Chávez conoció las experiencias en Brasil y Argentina.
Las experiencias de trueke en Venezuela surgieron desde un
impulso del Gobierno, implementando unos sistemas de trueke;
por alguna causalidad, conocieron nuestro trabajo y el Ministerio
de la Economía Popular en ese entonces nos contrató para venir a
promover esta experiencia.
Entonces, desde el principio esta experiencia está ligada a una
política pública; incluso en 2008, dos años después de que ya
existían diez sistemas de trueke, el presidente Chávez convino a los
ministros para hacer una ley de las monedas locales que se terminó
decretando, dentro de las leyes habilitantes en 2008, la Ley para
el Fomento y Desarrollo de la Economía Popular, que reconocía
varias organizaciones socioproductivas comunitarias, entre ellas los
sistemas de trueke.