Page 15 - Agroecologías insurgentes en Venezuela Territorios, luchas y pedagogías en revolución
P. 15
¡La revolución será agroecológica, o no será! | 15
del monocultivo y la transición hacia la transgénesis, una amenaza directa
a las semillas nativas.
Asimismo, en la transición del siglo XX al XXI, ese paradigma de
desarrollo avanza en su faz destructiva, al incrementar la explotación
por expoliación: América Latina y el Caribe se tornaban en un territorio
estratégico para el capital financiero y transnacional, por ser reducto de
riquezas hídricas, petrolíferas, minerales, eólicas y solares. Ese nuevo ciclo
de acumulación del capital nos dio una sensación de déjà vu de otros ciclos
de la historia latinoamericana y caribeña, en que la explotación sin límites
era (y sigue siendo) la regla y la condición de integración de nuestras
economías periféricas al capitalismo global.
Obviamente, ello no fue aceptado por el campo popular, sobre todo
por los movimientos indígenas y campesinos de la región, de forma pasiva.
Al contrario, en la década de los 90’ asistimos a una potente insurgencia
social, de impronta de un modelo de desarrollo ecocida, al tiempo en
que se debatía la urgencia por crear una estrategia global de defensa de
los territorios, de otro paradigma territorial y de construcción de un
programa político desde el campo popular. Presenciábamos la emergencia
de procesos innovadores, como la defensa de la autonomía, según lo
planteaba la insurgencia armada del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional (EZLN), en México; o aún, la fundación de La Vía Campesina
Internacional (LVC) y la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones
del Campo (CLOC), una articulación de la lucha campesina en una escala
nacional, transnacional y global, en la defensa de la reforma agraria y la
soberanía alimentaria, en tanto proyecto político.
Traer a la luz estos procesos políticos es oportuno para evidenciar, en
los hechos concretos de la historia política de Latinoamérica y el Caribe,
las diferentes faces del poder popular y de su capacidad de confrontar y de
proponer, incluso, otros caminos de emancipación no siempre pensados
de forma primordial por los Gobiernos. Si a mediados del siglo XX, los
procesos revolucionarios dieron un paso primordial en la defensa de la
tierra, el ciclo de luchas que se abre al final del siglo XX y en los inicios
del siglo XXI avanza, al poner en el centro la agroecología como un camino
de reconstrucción de la unidad dialéctica con la naturaleza, un proceso
que emana de la lucha popular, y que cuestionó, muy profundamente, la
incompatibilidad de nuestra existencia bajo el yugo de una «política de
muerte», propia del capitalismo por expoliación.