Page 73 - Afrovenezolanidad e inclusión en el proceso bolivariano
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Afrovenezolanidad e inclusión en el proceso bolivariano                Jesús “Chucho” García



          discursos racistas que se emiten a través de esos medios de difusión
          masiva han aumentado a partir del año 1999 cuando se aprueba una
          nueva Constitución y los rostros de quienes dirigen el país cambian
          de piel. El observatorio sobre discriminación racial en los medios
          de difusión masiva, desde 1999 hasta nuestros días, ha registrado
          más de dos mil mensajes racistas con una gran carga de odio hacia
          quienes ocupan cargos gubernamentales y hacia las personas de tez
          negra.
             Así,  en  los  tres  primeros  años  del  Gobierno  del  presidente
          Chávez, su cuadro gubernamental se autodenominaba “mestizo”,
          y expresaban frases como “en este país no existe racismo”. Mien-
          tras  que  nosotros  desde  hacía  más  de  15  años  veníamos  soste-
          niendo todo lo contrario. Uno de los puntos más candentes de la
          diferencia de la Red Afro con un sector gubernamental fue cuando
          la Alcaldía Mayor, dirigida en ese entonces por el oficialista Alfredo
          Peña, contrató los servicios del súper policía de la ciudad de Nueva
          York, William Bratton, quien trabajó con el Alcalde Mayor, el más
          racista que ha tenido esa ciudad norteamericana: Rudolph Giuliani.
          Bratton se había caracterizado por profundizar el perfil del delin-
          cuente como “negro”, “latino” e “indígena”, teniendo un récord de
          más de 36 asesinados por sospechosos, siendo el último Amadou
          Diallo, africano, a quien le dispararon más de cuarenta balas sobre
          su humanidad por el simple echo de ser “sospechoso”. Esos prejui-
          cios fueron transmitidos a las policías: Metropolitana, de Baruta,
          de Chacao y de Miranda. En Chacao se dieron cuatro agresiones
          racistas: dos asesinados y dos torturados por sospechar que eran
          “negros delincuentes”.
             Los medios de difusión masiva contribuyeron a reforzar ese
          prejuicio racial en el medio policial que también se expresaba en
          telenovelas tales como Por estas calles, escrita por el “progresista”
          Ibsen Martínez, donde los tres actores de tez negra eran choferes,
          vagos y delincuentes (Tomás Henríquez, Franklin Virgüez y la actriz
          endorracista Gledys Ibarra), hasta llegar a la peor novela racista y
          endorracista recientemente transmitida por Radio Caracas Televi-
          sión llamada Negra consentida (año 2005).


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