Page 47 - Marx Populi
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Miguel Mazzeo - Marx populi
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soviets, de los comités de fábrica, soldados y campesinos, de las milicias obreras,
de todos los movimientos populares y organizaciones de base en lucha. Sus
derivas soviéticas y dogmáticas, toscas y esquemáticas no alteraron los alcances de
esta af rmación. Por otra parte, estas derivas no deberían esgrimirse como argu-
mentos para negar los avances populares auspiciados directa o indirectamente
por la Revolución Rusa en el mundo entero y durante varias décadas.
En torno a estos aniversarios proliferaron, proliferan y seguramente proli-
ferarán por un tiempo, las actividades forzadas, los discursos de circunstancias
y los textos plagados de interjecciones. Lamentablemente, por un tiempo, se
abrirán los espacios para una práctica historiográf ca cuyos procedimientos son
semejantes a los utilizados por los empresarios de pompas fúnebres. Percibimos
que, en líneas generales, tiende a predominar un tono que linda con lo nostál-
gico o con un culto supersticioso que nos propone la veneración a unas ideas
momif cadas y a unos lenguajes inertes, a unos viejos instrumentos políticos
emancipadores hipostasiados y a un puñado de teoremas de redondez y vigencia
harto discutibles. Esto produce saturación.
Así, se nos imponen algunos interrogantes: ¿el ritual monótono de las
efemérides, no consiste acaso en una ratif cación de los usos y costumbres
como forma de garantizar la voluntad de los muertos? ¿Este tipo de ritual no
inhibe los procesos de autorref exión y reevaluación mientras rinde tributo a
la banalización del marxismo y favorece su composición como teoría cómoda
y lengua muerta? ¿No se corre el riesgo, con tanta repetición, de desarrollarle
al marxismo algunas patologías autoinmunes, según la expresión de Jacques
Derrida? ¿No será que la izquierda dizque radical, por motivos diversos, se
siente más cómoda en las prácticas conmemorativas? ¿Revolución permanente
o conmemoración permanente? ¿No será que muchos y muchas marxistas
de este tiempo pref eren los ejercicios evocativos inofensivos y relajados a los
of cios más intensos y riesgosos? ¿No será que una parte importante de las
organizaciones de la izquierda, ante al agotamiento de una matriz política
centenaria y ante una crisis del capital de dimensiones sistémicas y civiliza-
torias, no sabe hacer otra cosa que anclarse en las viejas certezas y apelar a
los remanidos recursos litúrgicos? ¿No será que nuestras representaciones del
capitalismo y, por consiguiente, del marxismo son anacrónicas? A veces, las
conmemoraciones ocultan limitaciones, petrif caciones y abdicaciones; en f n:
disonancias cognitivas. O amnesia. En Espectros de Marx, Derrida decía: “Se
acepta la vuelta con tal que no vuelva la revuelta”.
Los aniversarios ponen en evidencia la duración del marxismo, los procesos
de “historización” a los que ha estado y está expuesto y de los que no podía salir
indemne. El marxismo acumuló una cuota importante de pasado y también
de diversidad, porque los procesos de historización indefectiblemente fueron
procesos de diversif cación. Por lo tanto, existen diversas coagulaciones del
marxismo, un enredo de conf guraciones caprichosas, fruto de resignif caciones
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