Page 129 - Marx Populi
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Miguel Mazzeo - Marx populi
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visión rústica y mecanicista de Materialismo y empiriocriticismo. Había dejado
atrás la teoría del ref ejo, los emplazamientos más deterministas, entre otras
taras teóricas que luego terminarían sistematizadas en el DIAMAT. En 1922
hará llegar su adhesión a la Asociación de Amigos Materialistas de la Dialéctica
Hegeliana. Mientras tanto, a contramano, Materialismo y empiriocriticismo ya
era uno de los textos preferidos de Stalin.
Lenin fue capaz de abandonar sus apiori dogmáticos, no se ató a las deter-
minaciones estructurales reinantes en la Rusia de los Zares. No lo paralizaron
los reparos de la historia. No buscó deducir la política revolucionaria de
alguna falta de correspondencia entre las fuerzas productivas y las relaciones
de producción. No esperó a la reunión de “todas” las condiciones. No de puro
arrebatado, sino porque sabía que eso era imposible. Sostuvo la actualidad de
socialismo. En el contexto del “doble poder”, af rmó que el trayecto hacia el
socialismo ya se había iniciado. Fue tildado de loco. En los primeros días de
abril de 1917, el Comité del partido de San Petersburgo se opuso a sus tesis.
Desde el periódico Pravda, otros bolcheviques decían que sus tesis respecto de
la terminación de la revolución democrático-burguesa eran inaceptables.
De ningún modo actuó como un “alquimista”, sino como un revolu-
cionario estratégico. Supo identif car el instante en el que el retraso de la
acción deviene fatal. Al mismo tiempo, comenzó a pensar en términos de
hegemonía. En octubre de 1917 eligió dar un “salto” que de ningún modo
podía ser tipif cado como el resultado de la acumulación de una serie de
saltos cuantitativos previos, tal como lo había planteado el viejo Engels y
más allá de sus propias (y reiteradas) invocaciones a esta supuesta ley. Años
más tarde, a pesar de la evidencia en contra presentada por el mismo proceso
revolucionario, el DIAMAT soviético f jará a la denominada “Segunda Ley
de la dialéctica” como axioma irrefutable.
Vale tener presente que Gramsci propuso una interpretación más intere-
sante de esta “ley”. Una interpretación que perfectamente podríamos calif car
como “leninista”. En su artículo “Utopía”, publicado en la edición piamon-
tesa de Avanti del 25 de julio de 1918, Gramsci proponía una asociación del
concepto de “cantidad” con la estructura económica. Para Gramsci la cantidad/
estructura económica devenía calidad no por mera acumulación, sino porque
había pasado a ser instrumento de la acción en manos de los seres humanos. O
sea, la transformación de la cantidad en calidad no es un proceso mecánico o
natural, sino que se resuelve en la praxis y a través de la praxis. Otros autores
también ensayaron interpretaciones originales sobre esta ley: la transformación
de un fenómeno en su opuesto, la transformación de la materia en belleza,
entre otras posibilidades.
Lenin atravesó los sólidos muros de la estructura conservadora y repe-
titiva del orden objetivo. “Sacudió” conciencias y las “conquistó”, al decir
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