Page 672 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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670   José GreGorio Linares



             visionario genovés, no el simple cosmógrafo florentino, quien descu-
             brió el continente y el primero en explorarlo. “El nuevo continente
             —afirma— debería haber sido llamado Columba, y no como es injus-
             tamente llamado, América”.
                   Y en su Historia general de Indias, entre los muchos errores que
                 señaló a Vespucio en sus cartas, al que considera como un simple
                 aventurero, llega a afirmar que pretendió tácitamente aplicar a su
                 viaje y a sí mismo el descubrimiento de tierra firme, usurpando
                 al Almirante lo que tan justamente se le debía. (Contreras: 22).

               En fin, para Bartolomé de las Casas debe llamarse Colombia todo el

             continente que hoy llamamos América, conocido para entonces como
             Las Indias. Sí, para él, Colombia era todo el continente, de norte a sur,
             de este a oeste; ¡Colombia y no América! Y colombianos debían ser
             llamados, por tanto, no solo los nuevos ocupantes del continente, sino
             sobre todo sus pobladores originarios: “… aquellas indianas gentes, pa-
             cíficas, humildes y mansas que a nadie ofenden” (De las Casas: 10).

               Explica que estos pobladores originarios del continente han sido vícti-
             mas de la violencia ejercida por los conquistadores que arribaron a partir
             del siglo XVI. En su libro Brevísima relación de la destrucción de las Indias,
             entre otros, narra “las matanzas y estragos de gentes inocentes y despobla-

             ciones de pueblos, provincias y reinos que en ella se han perpetrado” (De
             las Casas: 7). Acciones “inicuas, tiránicas y por toda ley natural, divina
             y humana, condenadas, detestadas e malditas”, ejecutadas por “muchos
             insensibles hombres que la codicia y ambición ha hecho degenerar del ser
             hombres (…) con las traiciones y maldades que han cometido, despo-
             blando con exquisitas especies de crueldad aquel orbe” (De las Casas: 7).

               De modo que Colombia, el nuevo continente, se convirtió en
             un espacio geohistórico donde los conquistadores europeos, unos
             “insensibles hombres que la codicia y ambición ha hecho degenerar del
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