Page 190 - De Angostura a Colombia EL COMBATE POR LA LIBERTAD Y UNA MAGNA REPÚBLICA EN 1819
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188   Mario Sanoja obediente



             Bolívar, se trató en realidad del reconocimiento de que la Gran Colom-
             bia no podía amalgamar sociedades nacionales históricamente tan dife-
             rentes como la colombiana y la venezolana, con clases que poseían inte-
             reses nacionales tan disímiles. Como diría el mismo Libertador Simón
             Bolívar en su utopía nacional presentada a los bolivianos en 1826: “Esta
             es la verdad. La digo para que no hagamos castillos en el aire, aunque en

             esto nadie será mejor arquitecto que yo…” (Acosta Saignes 1983: 278).
               A partir de 1830, vuelta a ser nuevamente un Estado soberano, la
             situación (macro) económica de Venezuela comenzó a prosperar y los

             productos agropecuarios comenzaron a encontrar un mercado estable y
             precios favorables (Brito Figueroa 1993-I: 225).
               Con la sangrienta y prolongada Guerra de Independencia desapa-
             reció buena parte de la oligarquía colonial que era dueña de la pro-
             piedad territorial agraria en Venezuela, la cual pasó a manos de una

             nueva oligarquía republicana donde figuraban de manera prominente
             los antiguos generales de la independencia, burócratas y comerciantes
             especuladores. Posteriormente, a partir de 1.840 comenzó un periodo
             de contiendas civiles alimentadas por la confiscación del derecho de los
             campesinos a la propiedad de la tierra, lo que generó en 1850 la insu-

             rrección campesina liderada por Ezequiel Zamora, General de Hom-
             bres Libres, surgido de aquella incipiente clase popular de intelectuales
             y militares de avanzada, pulperos, bodegueros, pequeños comerciantes,
             vendedores/as ambulantes, peones campesinos, artesanos, etc. que, lle-
             gado el siglo XXI bajo la égida del comandante Hugo Chávez, habría de
             tomar el poder revolucionario como sociedad cívico-militar.

               Existe a partir del siglo XVIII un eje histórico que nos lleva desde las
             luchas y las rebeliones de indios, negros y pardos, hacia Miranda, Bolí-
             var, Zamora y Chávez, lo que nos permite aprehender que la continui-
             dad de la obra iniciada por aquellos grandes constructores del proceso
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