Page 191 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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otro, un Congreso desleal e irresponsable. Y en el medio del camino,
el presidente de la Cámara de Diputados que parecía un huracán
descontrolado, cuya función era hacer de la vida del gobierno un
infierno incesante. Como telón de fondo, Neves y el PSDB creando
maniobras cuyo objetivo era accionar, cuando fuera el momento, los
mecanismos para fulminar a la mandataria.
Otro factor importante que contribuyó de manera fundamental
para el escenario golpista fueron las acciones de un juez de pro-
vincias, Sergio Moro, cuyo tribunal de primera instancia tiene a
cargo las investigaciones relacionadas con el poderoso esquema
de corrupción instaurado en la estatal Petrobras. Imponiendo un
festival de arbitrariedades sin límites, en un largo primer momen-
to circunscribió las investigaciones solamente al periodo en que
el PT estuvo en el poder.
Moro, con el decisivo respaldo de los medios de comunicación,
transmitió al país la imagen de que todo lo que se refiriese a corrup-
ción tenía vínculo directo con Lula y el PT. De manera claramente
intencional y facciosa, Moro, el Ministerio Público y toda la estructu-
ra judiciaria llevaron a la opinión pública una intensa campaña de
descrédito contra Lula, Dilma y el PT.
Hay que reconocer que hubo casos serios y comprobados de
gruesa corrupción, pero no limitados al PT. Al contrario. La mayoría
de los casos se relaciona con los partidos aliados, sobre todo el
principal de ellos, el mismo PMDB que encabezó el golpe. También
llovieron denuncias contra el PSDB, sus principales líderes, José
Serra y Aécio Neves, y toda una constelación de personajes invo-
lucrados en el golpe. No sin razón, esas denuncias sólo se hicieron
públicas después de la destitución de Dilma.
Nada más significativo que observar que luego de comandar una
Cámara de Diputados dispuesta a cualquier medida para sabotear
al gobierno de la presidenta reelecta, Cunha, principal responsable
de la apertura del juicio, fue destituido por el Tribunal Supremo y
perdió su mandato gracias a la condena de sus pares. Su nuevo
destino fue la cárcel. Pero antes, claro, lo dejaron actuar libremente
para consumar el golpe.
Razones del golpe
Dilma cometió errores, empezando por su campaña electoral cuando
pintó y expuso al electorado un cuadro que era falso: contrariamente
a su discurso, la situación económica estaba en avanzado estado
de deterioro. También se equivocó a la hora de armar su segundo
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