Page 184 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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Esta novedad histórica tiene dentro de sí muchísimos significados
por descifrar: ¿qué cosas cambiaron para que el FA llegara al gobier-
no? ¿Cuáles y cuántos de esos cambios fueron de fondo y cuáles y
cuántos fueron episódicos? ¿Qué aspectos positivos trajo aparejado
el accionar del gobierno frenteamplista? ¿Qué alcances y límites tie-
nen esos aspectos positivos? ¿Qué cambios se registraron en el FA
desde el punto de vista del modelo de práctica política y del proceso
de acumulación de fuerzas? ¿Qué escenario ulterior abrió la expe-
riencia política del FA en el gobierno?
Algunas consideraciones históricas
No obstante la abundante experiencia de lucha social del anarco-
sindicalismo, desde fines del siglo xix hasta principios del siglo xx,
y la consiguiente acumulación de fuerzas, las formaciones parti-
darias de la izquierda uruguaya sucumbieron durante años en una
flagrante contradicción entre un discurso de unidad y una práctica
de divisionismos.
Hasta la fundación del FA, la izquierda electoral uruguaya se man-
tenía fragmentada y eventualmente enfrentada. El Partido Comu-
nista y el Partido Socialista, como principales expresiones de esa
izquierda, habían formado respectivamente sus frentes políticos –el
Fidel y la Unión Popular– en alianza con otros agrupamientos de
izquierda más pequeños. El caudal electoral de ambos bloques era
apenas visible en bancas parlamentarias. Sin embargo, la concre-
ción de la unidad orgánica continuó bloqueada en los hechos du-
rante casi medio siglo, hasta 1971.
En ese año se materializa la constitución del FA, pero importa re-
marcar que ese momento fundacional estuvo precedido de un con-
junto de episodios y procesos de singular relieve histórico desde el
punto de vista de la acumulación popular, como la realización del
Congreso del Pueblo, la unidad sindical con la formación de la CNT
y, un poco antes en el tiempo, la conquista de la ley orgánica a tra-
vés del ascendente movimiento de lucha articulado por los gremios
estudiantiles y los trabajadores organizados.
Incluso más destacable que ese repertorio de hechos políticos de
primera línea era el clima general, reforzado por un particular con-
texto de época a nivel internacional, por el que discurría la subjeti-
vidad popular y el imponente cúmulo de luchas y de combatividad
que se desplegaba en el país.
Algunos interrogantes para nada desatinados sobre las circunstan-
cias específicas que rodean la creación del FA: ¿por qué esa con-
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