Page 147 - América Latina. Huellas y retos del ciclo progresista
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Este ejercicio de restauración de las derechas internacionales para
recapturar el poder que han estado perdiendo por los procesos de-
mocráticos de los pueblos latinoamericanos, sólo se puede llevar a
cabo si tienen los instrumentos de la fuerza, el poder y las institucio-
nes a su favor. En este sentido, las pruebas están claras. Los militares
son un último recurso que usan las potencias, en este caso Estados
Unidos, cuando han agotado todos los demás medios. Usan a los mi-
litares para golpes de Estado; para represiones, usan la fuerza; la inti-
midación para imponer sus criterios en nuestros países.
Asimismo, también sabemos que este posicionamiento ideológico
de los ejércitos de América Latina obedece a su entrenamiento. Un
militar sólo obedece a un militar superior, y en ese caso el militar
superior es el Comando Sur de los Estados Unidos, y el subsiguiente,
el Pentágono. Esto es lo que pasa con los ejércitos latinoamericanos.
Luego del golpe en Honduras se sucedieron la destitución de
Fernando Lugo en Paraguay y el impeachment contra Dilma
Rousseff en Brasil. ¿En esos casos también estuvo la mano de
Estados Unidos?
Los problemas de América Latina son ancestrales, no pueden verse
aislados, como compartimentos estancos, son parte de todo un pro-
ceso histórico. El agotamiento del modelo colonial de explotación
produjo efectos de rechazo y demanda de la población latinoameri-
cana, especialmente desde hace muchas décadas pero que explota-
ron en grandes conflagraciones: la revolución cubana, la revolución
chilena con Salvador Allende, el Bogotazo, el Caracazo, la misma
revolución mexicana. Cuántos procesos de emancipación de los
pueblos hemos tenido aquí en el último siglo. Hoy estamos viviendo
lo que nosotros conocemos como la reacción neoconservadora, que
se ha establecido para detener las manifestaciones de demanda del
proceso del Socialismo del siglo xxi, que fue una respuesta ante el
agotamiento del modelo capitalista neoliberal.
Honduras es el ejemplo vivo de esa situación de América Latina.
Empezaron por Honduras para destruir el ALBA, Petrocaribe, las
alianzas que teníamos con los países antiimperialistas, y siguieron
con las bases militares que rodean a Venezuela, en Colombia; con
el golpe de Estado contra el presidente paraguayo Fernando Lugo,
contra Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, con el intento contra el
presidente ecuatoriano Rafael Correa, con el cambio de política es-
tratégica contra Cuba para tratar de invadirla de otra forma.
Todo esto es parte de un plan desde los Estados Unidos que
establece el gobierno de George Bush y lo continúa el gobierno
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