Page 363 - Sencillamente Aquiles
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aquiles nazoa


              ella: No, no. Vete solo que yo me voy a acostar.
              él: Bueno, pues tampoco saldré yo y se acabó.

              ella: Eso es. Te quedas para después sacarme en el primer
                  pleito que tú eres un esclavo mío, que te tengo ama-
                  rrado a la pata de la cama y que no te dejo ni respirar.

              él: Eso es mentira, vieja. Si he resuelto quedarme es preci-
                  samente porque no quiero salir sino contigo. Y porque,
                  viéndolo bien, creo que tienes razón. Hace mucho frío.
                  Nos quedaremos aquí leyendo.

              ella: Uhm, yo no tengo ganas de leer; yo lo que quiero
                  es salir.
              él: Bueno, entonces saldremos.

              ella (Meditando): ¿Salir a esta hora…? ¿Y no te parece
                  que es muy tarde? Son más de las nueve.

              él: ¡Pero si a nosotros no nos están esperando en ninguna
                  parte! Te vistes, vamos por ahí, tomamos algo y vol-
                  vemos a dormir.
              ella (Inesperadamente): Sí hombre, me voy a vestir.


              (El escenario queda solo. Un cigarrillo humea en el cenicero.
              Momentos después se sienten los pasos de la pareja que baja las
              escaleras hacia la calle. Empieza el…)




                ACTO SEGUNDO O «YO SÉ QUE TE ESTORBO»

              ella: ¿En qué piensas que vas tan callado?

              él: En nada.


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