Page 149 - Sencillamente Aquiles
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LUGAR DE RESIDENCIA
Vivo en una manzana con mis hijos.
tenemos el amor por vecindario:
por el norte las albas del rocío,
por el sur las estrellas congeladas.
El frailejón nos toca los cabellos
con fraternales dedos, y las lluvias
bajan a nuestras sienes dulcemente
con un rumor de maternal alivio.
A veces un aroma nos visita
de antiguas cosas que ya no veremos;
alguien entorna entonces las ventanas,
y nuestras voces trémulas se apagan.
Pero el cielo de marzo es nuestro amigo
y desde su balcón de lentas nubes
un pañuelo de flores nos envía
y vuelve a ser domingo en nuestros ojos.
Pues somos habitantes jubilosos
de una casa secreta, una manzana,
donde solo el amor tiene cabida,
donde un cielo sin fin nos circunscribe.
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