Page 151 - Sencillamente Aquiles
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UNOS NIÑOS
A ver el tren que llega
jadeante, fatigado
de andar dando silbidos
para alegrar los campos,
o colocando nubes
sobre los cielos mansos;
el tren de los viajeros
jubilosos de mayo,
en cuyas ventanillas
va el corazón viajando;
el tren que las colinas
remonta cabizbajo
por ir paciendo flores
—¡oh lírico caballo!—;
el tren que escupe estrellas
y respira relámpagos,
a ver el tren dos niños
a la estación llegaron.
Por el andén pasean
cogidos de la mano
y luego, como absortos
se sientan en un banco.
El menor lleva una
varita de durazno,
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