Page 14 - Sencillamente Aquiles
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sencillamente aquiles
setenta, se utilizaba una sola cinta que no se guardaba y
se volvía a grabar sobre ella; por eso, lamentablemente, no
quedaron programas de «Las cosas más sencillas».
Él decía que en las cosas más sencillas era donde se en-
contraban las cosas más difíciles e interesantes de explicar
y comprender.
Para explicarle a un lector que no tuvo la oportunidad
de ver aquel programa, él decía algo como esto: «Hoy vamos
a hablar sobre la vela». A continuación encendía una vela y
pasaba una hora explicando todo lo que se puede saber sobre
una vela encendida o sobre una silla, o sobre un avión. No
había tema del que no hablara en ese programa.
Difícil explicar a este hombre en tan poquito espacio, así
que pido disculpas a los lectores por lo quizás desordenada
de esta historia, en la que quiero contarles muchas cosas.
Mi padre fue un millonario, lo único que no tenía era
dinero. Siempre le gustó lo mejor de las cosas de la vida.
Era de licado y profundamente estético. No le gustaba la
gen te desarreglada y vulgar. Le tenía tirria a todo lo que
llevara uniforme y le oliera a autoritarismo.
Creo que él era un revolucionario, pero con el sentido
profundo de lo que significa el ser humano. Odiaba las in-
justicias, sufría al ver a la gente pasando trabajo, sobre todo
a los niños.
Era un hombre de carácter cambiante, a veces de
muy mal humor. Le molestaba que lo confundieran con
un echador de broma. No le agradaba que algunas per-
sonas estuvieran todo el tiempo esperando que él dijera
algo gracioso.
Casi podría decir que Aquiles Nazoa fue un anarquista
al que no le gustaba que le dictaran líneas, ni políticas
ni artísticas.
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