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¿Por qué se ha reducido el territorio venezolano? Earle Herrera
El Laudo Arbitral de 1899 es calificado de írrito por casi todos los La oportunidad se presentó en 1962. El 12 de noviembre de
expertos internacionalistas venezolanos. En el tribunal, tres grandes ese año, Venezuela denunció ante la Organización de las Nacio-
potencias discutían acerca del diferendo que una de ellas tenía con nes Unidas el Laudo de París, en los siguientes términos:
un país débil y lejano. En este caso, Inglaterra se despacha y se da
el vuelto. Mientras este país usurpa territorios, introduce en ellos …Venezuela fue allí víctima de un despojo. Para nosotros
40.000 colonos que luego utilizará como argumento de soberanía, ese laudo no tiene validez, no ha existido y, por lo tanto,
«del lado de Venezuela, como lo señala Enrique Bernardo Núñez, nada puede convalidar lo que nunca existió. Esa es nues-
se tenía una fe libresca en el derecho. Se creía en el arbitraje como tra tesis. 9
única fórmula salvadora. Desde que esta idea penetró en la mente
de los encargados de sus intereses los absorbió por completo». 7 El delegado británico ante las Naciones Unidas fue sorpren-
Al referirse a este hecho, el padre González Oropeza critica dido por la intervención venezolana (estaba fuera de base); ha-
esa fe manualesca de Venezuela en el derecho. Señala que al leer bló de las amistosas relaciones entre los dos países y recordó
los documentos y papeles de los negociadores venezolanos se (¿pasó el recibo?) los favores que Inglaterra había prestado a
nota lo ingenuos que eran, al creer que iban a derrotar a Ingla- Venezuela durante su larga lucha independentista. Favores que,
terra en un tribunal internacional. Y termina preguntándose el en el mismo siglo XIX, quedarían ensombrecidos por el despo-
sacerdote: «¿En el juego político del mundo, qué le importaba jo de 130.000 kilómetros cuadrados de territorio y la pretensión
Venezuela a los jueces ingleses, norteamericanos y ruso?». de extender sus dominios hasta las mismas bocas del Orinoco,
Otro cura, el padre Vegamian, dice en su obra ya citada: «Para como lo señala Enrique Bernardo Núñez en su obra ya citada.
Venezuela la primera sensación fue de estupor, desencanto, do- La denuncia de Venezuela ante la ONU fue uno de esos ex-
lor, vergüenza, ira, todo… Tristemente, despertaba desengañada cepcionales momentos esterales de la diplomacia del país. In-
de sus amores con la panacea o jarabe pagliano del arbitraje». 8 glaterra accedió a conversar. De esta manera se inician unas dis-
cusiones en Londres, donde los documentos que sacan a relucir
El Acuerdo de Ginebra los delegados de Venezuela no dejan de impresionar a los tradi-
Esto es historia reciente. Después del Laudo de París y del es- cionalmente hábiles diplomáticos británicos. Serán tan de peso
tupor y el desencanto de que habla el padre Vegamian, a Vene- las argumentaciones venezolanas, y sus documentos, que Gran
zuela no le quedó otro camino que continuar buscando títulos y Bretaña acepta discutir un problema que, al menos para ella, ha-
documentos para, en cualquier oportunidad, replantear el pro- bía quedado definitivamente resuelto y como cosa juzgada con
blema. Expertos venezolanos, buscando en archivos de varios el Laudo de 1899.
países europeos, van a recopilar una formidable cantidad de De Londres, las conversaciones pasarán a Ginebra, donde se
documentos, que son pruebas incuestionables del derecho de firma el famoso «Acuerdo» en febrero de 1966 y, según varios
Venezuela sobre el territorio esequibo. expertos venezolanos, la diplomacia de Caracas incurrió en otro
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