Page 248 - Lectura Común
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La lectura común Nuestra sombra iluminada
Entre los festejadores y el numeroso público, del mismo modo
como hiciera su aparición, Alirio Díaz pasó casi inadvertido, tal
vez para no perturbar la alegría y el contento que habían susci-
tado su callada presencia y su suspendido andar.
Esta vez, su guitarra no iba del diestro, ni su sombrero campe-
sino ocultaba su mirada contemplativa. Sólo sus manos descan-
saban a cada lado de su magro cuerpo. Sus manos, la virtuosidad
misma de su alma. [ 247 ]
Lectura comun heterodox 247 13/4/10 12:35:54