Page 252 - Lectura Común
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La lectura común                            Nuestra sombra iluminada
              en donde viven los dos personajes principales: el narrador y el sor-
              prendente, por extraño, Baisaite Altermond, su amigo y su guía en
              el conocimiento del mundo de los sentidos, de las culturas y sus
              lenguajes, así como en los ejercicios espirituales —más bien insó-
              litos— que prometen el desciframiento de los secretos del hombre,
              de la tierra y el universo. El nombre mismo de este joven oriundo
              de Sabaneta, el villorrio del aledaño barinés, es ya toda una lectura
              de sortilegios y de claves secretas: Baisaite significa al lado y Alter-
              mond, en latín culto, otro mundo, otra luna.
                  Todo es posible en La mirada terrible. Los ejercicios a que
              ambos adolescentes se someten y consienten en sufrir llámanse
              por varios nombres como los de soñadero y viajadero, lugares y
              rumbos de la otredad, del desdoblamiento y de la ocupación de
              nuestro propio cuerpo en otras vidas, sobremanera las vegetales,
              pero también en la profundidad de los seres humanos, en su ori-
              gen y devenir gracias al uso de “la mirada terrible”.
                  Autobiografía real y fingida, realidad cierta y enmascarada,   [ 251 ]
              certidumbre y fantasía, narrativa y poesía entrelazadas, teoría y
              práctica de un saber académico e intuitivo, de la razón más fría
              y del ensueño más enigmático, la del científico y la del chamán,
              La mirada terrible nos propone gozar del solaz de una lectura sin
              rostro conocido o poco conocido, irrespetuosa del tiempo y del
              espacio, del aquí mismo y de cualquier mundo. Libro inapresable
              como género, lectura encantatoria, diríamos, muy del estilo y de
              las invenciones de Brigue, como lo prueba el fragmento que sigue,
              tomado de una de sus páginas y reproducido en la contraportada
              de las ediciones La Castalia merideña:


                  Nunca pensé que mis propios ojos fueran tan peligrosos como los
                  ojos de Baisaite. Una vez que fijé la vista en ellos no pude despe-
                  garla. A la luz temblorosa de las velas vi mi cara completamente
                  transformada. Me vi mujer, anciano, atleta, mono, urraca, diablo,
                  ángel y luego no vi nada más. Entré por la imagen de mis ojos a un
                  ámbito vacío, a un abismo infinito.






       Lectura comun heterodox   251                                   13/4/10   12:35:55
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