Page 330 - La escena contemporánea y otros escritos
P. 330
La escena contemporánea y otros escritos
hubiera hablado y obrado como él”. Y esta hipótesis es arbitraria. Lenin
era un realizador y un realista. Era, indiscutiblemente, un idealista prác-
tico. No está probado que la vía de la no cooperación y la no violencia sea la
única vía de la emancipación indostana. Tilak, el anterior líder del nacio-
nalismo hindú, no habría desdeñado el método insurreccional. Romain
Rolland opina que Tilak, cuyo genio enaltece, habría podido entenderse
con los revolucionarios rusos. Tilak, sin embargo, no era menos asiático
ni menos hindú que Gandhi. Más fundada que la hipótesis de Barbusse
es la hipótesis opuesta, la de que Lenin habría trabajado por aprovechar
la guerra y sus consecuencias para liberar a la India y no habría detenido,
en ningún caso, a los hindúes en el camino de la insurrección. Gandhi,
dominado por su temperamento moralista, no ha sentido a veces la misma
necesidad de libertad que sentía su pueblo. Su fuerza, en tanto, ha depen-
dido, más que de su predicación religiosa, de que ésta ha ofrecido a los
hindúes una solución para su esclavitud y para su hambre.
La teoría de la no cooperación contenía muchas ilusiones. Una de
ellas era la ilusión medioeval de revivir en la India una economía supe-
rada. La rueca es impotente para resolver la cuestión social de ningún
pueblo. El argumento de Gandhi —”¿no ha vivido así antes la India?”—
es un argumento demasiado antihistórico e ingenuo. Por escéptica y
desconfiada que sea su actitud ante el Progreso, un hombre moderno
rechaza instintivamente la idea de que se pueda volver atrás. Una vez
adquirida la máquina, es difícil que la humanidad renuncie a emplearla.
Nada puede contener la filtración de la civilización occidental en la India.
Tagore tiene plena razón en este incidente de su polémica con Gandhi.
“El problema de hoy es mundial. Ningún pueblo puede buscar su salud
separándose de los otros. O salvarse juntos o desaparecer juntos”.
Las requisitorias contra el materialismo occidental son exageradas.
El hombre del Occidente no es tan prosaico y cerril como algunos espí-
ritus contemplativos y extáticos suponen. El socialismo y el sindicalismo,
a pesar de su concepción materialista de la historia, son menos materia-
listas de lo que parecen. Se apoyan sobre el interés de la mayoría, pero
tienden a ennoblecer y dignificar la vida. Los occidentales son místicos
y religiosos a su modo. ¿Acaso la emoción revolucionaria no es una
emoción religiosa? Acontece en el occidente que la religiosidad se ha
329
BM_Laescenacontemporaneayotros escritos_TomoI.indd 329 08/10/10 17:48